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Antiguos y actuales:
Juan Suarez de Toledo ("Señor de Otura" y I vizconde de Rías)
Breve Resumen de la historia de Otura.
www.otura.eu. Otura es un
municipio situado en la parte septentrional de la Vega de Granada
(provincia de Granada), a unos 12 km de la capital granadina, en el
sureste de España. Hoy Otura es un pueblo sencillo y de
gente amable.
ORIGEN Y PRIMERAS FUENTES DOCUMENTALES DE OTURA
Si nos atenemos a las escasas fuentes documentadas, el origen de la población de Otura es posterior al siglo XI.
Los documentos árabes más antiguos nos hablan de un núcleo de población estable, una alquería o aldea propiedad de la madre de Bobdil, Aixa ‘la Horra’ (Honrada). Era sólo una alquería dedicada a la explotación agrícola de una porción de la Vega de Granada, fundamentalmente se cultivaban viñas, cereales, almendros y todo tipo de árboles frutales y productos de huerta para abastecer a los habitantes de la capital y que, según dichas fuentes documentales, contaba con mezquita, dos rábitas y dos hornos, indicios claros de tal estabilidad.
La existencia de Otura también aparece en documentos en
castellano desde la Época Medieval como un anejo del lugar
de Alhendín, como la alquería
de Autura o Abtura e icluso Avtura, pues con dichas
grafías lo transcribían los escribanos
castellanos desde el siglo XII.
Fonéticamente:
ORIGEN DE LA VOZ OTURA
Es seguro que la voz "Autura" (actualmente "Otura") tenga
procedencia latina, según el filólogo
Menéndez Pidal. El topónimo Otura deja constancia
de una de las características físicas de la zona
donde se ubica.
Concretamente "Otura" sería equivalente a "Altura", palabra
derivada de "Alto"(latín: "Altus").
Es decir, ALTUS (latín)---> ALTO (castellano) y, por
otra parte, añade al adjetivo calificativo de
"dimensión" con siginificado léxico "altus", el
sufijo relacional castellano "URA" (éste es uno de los
sufijos que derivan nombres a partir de adjetivos, que tienen un valor
abstracto e indican "cualidad de la base".) quedando en "ALTURA"
(cualidad de alto, situado en alto. Lexema base ALT + sufijo URA).
Otras palabras con evolución similar a "Altura" son:
"Bravura", "Dulzura","Blancura",... Notaremos aquí que el
lingüista Meyer_Lübke ya dio cuenta de la existencia
en latín de parejas de palabras contenedoras del sufijo URA
tales como fervor-fervura y rencor-rencura,
postulando las parejas calor-calura y ardor-ardura
en vista de sus derivados, comunes a varias lenguas romances.
Por otra parte, es sabida la evolución del latín
vulgar al castellano, de la conversión a "U" de la "L" ante
consonante. De ahí la habitual transcripción
"AUTURA" por parte de los antiguos escribanos castellanos.
Igualmente, es conocida la evolución fonética del
latín vulgar al castellano, de la conversión a
"o" del diptongo "au" ante consonante (monoptongación: au
> o ). Es decir AUTURA --> OTURA. Similar
evolución habría tenido el vocablo AURUM
(latín) --> ORO (castellano)
Así pues, los topónimos "Otura" o "Autura"
parecen indicar lógicamente una ocupación humana
anterior a la ocupación musulmana; si bien no conocemos
datos documentales al respecto.
OTURA Y LA EDAD MEDIA. PERIODO NAZARÍ Y PRIMERA ÉPOCA POSTERIOR A LA CONQUISTA (SIGLOS XV y XVI)
Durante el período nazarí y la primera
época posterior a la conquista (siglos XV y XVI) la
alquería de Otura (Autura) abastecía a la capital
granadina con productos agrícolas y ganaderos.
Pulgar relata cómo el ejército cristiano del rey
Fernando el Católico entró en la Vega de Granada
en 1484 y emprendió un nuevo ataque hacia el 22 de junio del
1484 haciendo talas y arrasando considerables terrenos en
Alhendín y Otura y sucesivamente en Gójar,
Dílar, La Zubia Gabia y Armilla.
Por su proximidad a Granada, Otura participó con intensidad
de la historia de la capital y fue conquistada probablemente en el
año 1491 por los Reyes Católicos en la misma
campaña de la Conquista de Granada.
Se dice que cuando, el rey moro Boabdil y su séquito fueron desterrados de Granada y les fue cedido un pequeño territorio en las Alpujarras, donde aguantarían aún unos años, camino a su destierro, desde un pequeño puerto llamado el "Suspiro del Moro" (860 m.), dentro del término municipal de Otura, y con características de leyenda más que de historia, el rey Boabdil miró por última vez la ciudad granadina que se había visto obligado a abandonar y derramó unas lágrimas. Entonces su madre, Aixa al-Horra le dijo estas palabras: "no llores como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre".
Tras la conquista, Otura fue entregada por los Reyes Católicos, como merced a Muhammed el Mulleh ('Abu-l-Qasim el Muley) que era visir granadino y uno de los diplomáticos nazaríes que negociaron y firmaron en Santa Fe el 25 de noviembre de 1491 los tres documentos en que se contenían las condiciones para la entrega de la ciudad de Granada y las indemnizaciones, respectivamente al rey Boabdil y a los que intervinieron en la capitulación de Granada.
Se dice que cuando, el rey
moro y su séquito fueron desterrados de Granada y les fue
cedido un pequeño territorio en las Alpujarras, donde
aguantarían aún unos años, camino a su
destierro, desde un pequeño puerto llamado el "Suspiro del
Moro" (860 m.), dentro del término municipal de Otura, y con
características de leyenda más que de historia,
el rey Boabdil miró por última vez la ciudad
granadina que se había visto obligado a abandonar y
derramó unas lágrimas. Entonces su madre, Aixa
al-Horra le dijo estas palabras: "no llores como una mujer lo que no
has sabido defender como un hombre".
Poco tiempo después, el 18 de septiembre
de 1493, los Reyes Católicos compraron las fincas y
propiedades de 'Abu-l-Qasim el Muley así como las de Boabdil
por millón y medio de maravedíes y casi
nueve millones respectivamente.
El
rey Fernando cede después la alquería de
Otura a los dominicos que se establecieron en la ciudad de
Granada. Otura, que era entonces "poblado de moros" ,
éstos abonarían las mismas rentas que
tenían que pagar anteriormente, a los dominicos. Pero los
"cristianos viejos" compraban las propiedades a los moros de
Otura y con ello, dejaban de pagar las rentas a los
dominicos. En este sentido, se conserva en el Archivo General
de Simancas, dentro de Cancillería. Registro del Sello de
Corte un documento fechado el 11-02-1497 que recoge: "Que los
cristianos que compraren heredades en Otura, que es poblado de moros,
paguen al monasterio de Santa Cruz las mismas rentas que pagaban
anteriormente éstos, para que no disminuyan los ingresos del
monasterio, al cual SS.AA. habían hecho donación
de dicho lugar".
No obstante, a los pocos años el convento de los dominicos
volvió a ceder la alquería de Otura a su
Majestad, al parecer por no resultarles rentable porque los "cristianos
viejos" compraban las propiedades de los moriscos y, con ello dejaban
de pagar las rentas al citado Convento (*).
NOTA: El convento de los
dominicos "Real de Santa Cruz" de Granada fue fundado por los Reyes
Católicos en el año 1512 y está
situado en el barrio del Realejo, entre el Campo del
Príncipe y Mariana Pineda. La actual Iglesia de Santo
Domingo formaba parte del citado Convento de Santa Cruz la Real.
Anexos a la Iglesia de Santo Domingo se ha habilitado recientemente
también un Colegio Mayor de la Universidad.
La estructura eclesiástica después de la conquista de los Reyes Católicos del antiguo reino de Granada, fue aplicada en 1501, elevando a parroquias y convirtiendo las numerosas mezquitas en iglesias. Los medios para ello no escasearon, la corona aporto elevadas rentas para este objetivo. Fue aprobada por el Papa Inocencio VIII en 1486, mediante la bula “orthodoxae fidei”, se llevo a efecto en este año, erigiéndose las distintas parroquias con sus anexos, al que dota con rentas de los diezmos, primicias, mandas pías, derechos reales y los Hábices de las mezquitas musulmanas (estos últimos otorgados en octubre de 1501).
Con la llegada en 1499 del cardenal Cisneros, sustituyendo a Fray Hernando de Talavera (primer Arzobispo de Granada entre 1492-1507 y anterior confesor y consejero de Isabel la Católica) como , partidario de una política más agresiva, respecto de la tolerancia habida con los musulmanes en territorio cristiano. El resultado fue la sublevación de los mudéjares del Albazyn el 18 de diciembre de este mismo año, permaneciendo en actitud encontrada durante tres días. Este levantamiento dio lugar a otros en diversas partes del reino, especialmente en las Alpujarra y en la Serranía de Ronda, que durarían hasta 1501, acabando con la labor de integración paulatina preconizada por el arzobispo Talavera.
La consecuencia más inmediata del levantamiento fue, el bautismo en masa de los musulmanes, de todos los arrabales de Granada y la Vega en enero de 1501. Los mudéjares pasan a ser moriscos o cristianos nuevos, muchos de ellos convertidos in sinceramente y practicando en secreto la religión islámica. Al par, de no existir ya súbditos musulmanes los bienes hábices de las mezquitas son intervenidos por la administración real. Estos hábices eran una institución musulmana, compuesta por un conjunto de bienes y de rentas producidos por los mismos, dedicada al mantenimiento de las mezquitas y alfaquíes, así como fines de interés común y benéfico (asistencia a pobres, redención de cautivos, enseñanza, hospitales, etc.). Estaban constituidos por explotaciones agrícolas, distribuidas por los numerosos pagos de la vega, así como innumerables casas, tiendas, baños, molinos, hornos, etc. Respetados en las Capitulaciones de Granada, con la sublevación pasan a ser propiedad de la Corona que los reoptarte entre mercedes hechas a particulares, el Cabildo cristiano y la Iglesia, reservándose una porción de ellos. Con real Cedula de 14 de Octubre de 1501 se conceden las donaciones de las antiguas mezquitas a la Iglesia.
Como se desconoce su valor total y distribución,
los Reyes ordenan hacer un inventario donde se recoja las rentas,
propiedades y censatarios de todos los bienes hábices de
Granada y sus alquerías -entre ellas la Alquería
de Otura. Se enumeran detalladamente todos los bienes urbanos,
rústicos, secano, mezquitas, rábitas, tiendas,
huertos, hornos, albercas, aljibes, mesones, almazaras, molinos de
harina, etc. Además se enumeran los distintos pagos de Otura
tal y como se denominaban en lengua árabe, pero escrita en
castellano. Así se citan, entre otros pagos:
- CONILNAGUEL (dentro de este pago se
citan el camino de la Malahá, el carril de
Almuñécar)
- FATINADAMAHA (dentro de este pago se
cita el carril de Almuñécar)
- DARAXIR (dentro de este pago se citan el camino de
"Henijillos" o el camino de "Chauchilles", ladera de "Faravenalaque",
ladera de la cueva de "Daravenalaque")
- JARNITE (Hoy Jarnique) (dentro de este
pago se cita el río Dílar)
- CANAT ALÇAMINA
(junto al término de Dílar)
- AYNAGABARA ?(junto a la acequia de Otura)
- CHEUZE ?(junto a la acequia de Otura)
- Pago
en término de Otura:
Revuelta morisca de 1568-71, bajo el reinado de Felipe II como respuesta a un edicto concebido en 1566.
La revuelta morisca de 1568-71, bajo el reinado de Felipe II como respuesta a un edicto concebido en 1566 (conocido como la Pragmática) que limitaba las libertades religiosas de la población morisca, si bien se inició en Las Alpujarras, se extendió por gran parte del antiguo reino de Granada. A pesar de que la rebelión morisca no afectó prácticamente a la ciudad de Granada y a las poblaciones cercanas, ello supuso un momento de abandono, despoblamiento y destrucción en la localidad de Otura, al igual que en otras zonas de la provincia granadina.
Los moriscos de Otura fueron trasladados en 1570, junto con los moriscos de Churriana de la Vega y de Ogijares (alquerías de Uxijar Alto y Uxijar Bajo) al Hospital Real de Granada y, desde allí fueron enviados a Alcalá Real. A los moriscos se les permitió vender sus pertenencias, sus cereales y ganados antes de su obligado desplazamiento a Castilla. En cuanto a sus tierras, casas y haciendas, éstas fueron repartidas entre los nuevos pobladores castellanos.
Después de sofocadas las revueltas moriscas en 1571
por D. Juan de Austria, el proceso repoblador significó la
llegada de población castellana e incidió de una
manera clara en la estructura de la población de Otura, no
sólo alterando los espacios de vivienda, sino los urbanos
afectando a los volúmenes y dimensiones de los mismos. La
vivienda castellana es cuatro veces superior a la musulmana.
Según el "Censo de población de las provincias y
partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI", en enero del
año 1587, la población de Otura era de 101
vecinos (cabezas de familia), es decir, aproximadamente, unos 450
habitantes.
SIGLO XVII. EL RIQUÍSMO COMERCIANTE GENOVÉS AFINCADO EN GRANADA, ROLANDO DE LEVANTO COMPRA LA JURISDICCIÓN DE OTURA HACIA 1634.
Rolando de Levanto procedía de Génova y se había establecido en Granada haciendo buenos negocios con el comercio de la seda, el lino, el vino, las pasas, el aceite y el cáñamo que se producía en la feraz Vega de Granada y el azúcar de caña en la Costa de Granada y Almería.SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVII Y PRIMERA PARTE DEL SIGLO XVIII. JUAN SUAREZ DE TOLEDO Y OBREGÓN, SEÑOR DE OTURA Y PRIMER VIZCONDE DE RÍAS"
Juan Suarez de Toledo y Obregón, del Orden de Calatrava fue el Señor de Otura, así como el Primer Vizconde de Rías, título nobiliario creado por el Rey Carlos II de España por Decreto 12.06.1688 por Carta de 12.07.1688.CONCESIÓN DEL TÍTULO DE "VILLA DE OTURA"
El título de "Villa" fue concedido a Otura en el año 1705 bajo el reinado de Felipe V y según documento conservado en el archivo histórico del Ayuntamiento de Otura.CASCO URBANO HISTÓRICO DE OTURA hasta el siglo XVIII
La primitiva alquería y teniendo en cuenta que su
mezquita ocupó el antiguo solar de la actual iglesia, no
debió desarrollarse más allá de las
calles actuales Cuesta de Bernabé, Trinidad y
Zacatín, cara a la vega y delimitada en su parte inferior
por el trazado de la acequia de Otura que imponía un
límite infranqueable entre las tierras de labor y la zona
habitable.
La zona de desarrollo de la población musulmana hubo de
buscar siempre el área contraria a la vega en una
lógica expansiva que tendería a no ocupar una
vega sobre la que se basaba la subsistencia de la localidad.
La configuración de la localidad se hubo de estructurar en
dos barrios, el Bajo y el Alto, de la misma manera que lo
hacían otros núcleos musulmanes de la provincia y
que era el reflejo de la dualidad existente dentro de las poblaciones
entre los barrios de pastores y los ganaderos, que estaban
más próximos a las salidas de las localidades
hacia la sierra y los de los agricultores, más cercanos a
las tierras de cultivo. En este sentido es significativa la
articulación de las localidades de la Alpujarra granadina
que mantienen la existencia de esta dualidad, llegándose el
caso en los que se constata la presencia de un tercer barrio. No muy
lejos de Otura tenemos el caso de los Ogíjares, cuya
primitiva denominación fue la de Ugíjar la Baja y
la Alta.
Así pues, el casco histórico de Otura lo encuadraríamos, partiendo de la actual Plaza del Sol por las calles Acequia, Cruz y Ros Müller, teniendo un eje claro conformado por la calle Real, que va a desembocar a la Plaza España, gran espacio abierto dominado por la Iglesia.
En el siglo XVII, siglo de crisis, apenas si
conocería Otura alguna expansión desde el punto
de vista urbano, centrándose los cambios en el desarrollo
interno. Así hablaremos de la calle Real, acceso a la
localidad desde el camino de la Malahá y que
permitía la entrada a la misma, generando un espacio abierto
exterior al núcleo, que conforma la mencionada plaza del
Sol, verdadera antesala y lugar de reunión.
A finales del siglo XVII, según diversas fuentes, la
población de Otura estaría rondando los 290
vecinos (cabezas de familia).
En el siglo XVIII tiene lugar un período de bonanza y
expansión, un análisis de la misma nos representa
a una localidad, dominada por la iglesia y en la que se presenta la
dualidad de barrios y en donde la calle Real, ya aparece como eje
vertebrador del barrio alto. De la misma manera, los acequias de la
vega delimitan perfectamente el crecimiento de la misma por
esta zona, convirtiéndose de una manera clara en elementos
condicionantes de la expansión.
Urbanismo de Otura en la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX
De este momento de la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX, hemos de datar el desarrollo de la zona en torno a la Ermita del Señor de la Calle, en una etapa de aumento de la población y de crecimiento generalizado que conoció el país, fomentando por la puesta en explotación de tierras, auspiciado por la Ilustración. Tal situación generó en una zona elevada, próxima al núcleo originario el desarrollo de un segundo conjunto habitado, que por la misma lógica ocupacional, no restará espacio a la vega próxima. Entre él y el área original quedó un área deprimida que poco a poco conoce un desarrollo paulatino.
En efecto este segundo conjunto urbano articulado en torno a las
actuales calles Larga, Arrecife, Convento, Aire, etc. consolida un
espacio de expansión que conoció su
génesis y desarrollo tras los postulados contrareformistas
desarrollados en el siglo XVII, fundamentalmente tras los
postulados de la Iglesia Católica en el Concilio
de Trento en el siglo XVI. Se produce una articulación y
reordenación de los espacios urbanos, a los que se le dota
de un profundo sentido religioso. En este momento las calles de las
poblaciones se convierten en grandes espacios ceremoniales que
persiguen el adoctrinamiento masivo de las gentes que las
circulan. La presencia de la Ermita del Señor de la calle,
marca la religiosidad de esta zona de la localidad.
Desde el punto de vista arquitectónico hemos de destacar una
serie de viviendas que podemos denominar casas torre, que presentan una
serie de elementos característicos de los siglos XVII y
XVIII. También podemos encontrar algunas casas
señoriales, con patios interiores preciosos y que muy pocas
veces podemos descubrir lo que encierran en su interior. Se trata de
una zona que conserva un entramado muy interesante de calles
quebradizas y estrechas, de fuerte raigambre medieval.
Otura en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752)
Durante el reinado de Fernando VI, El Marqués de la Ensenada, promovió la realización de una serie de trabajos estadísticos que determinaran un conocimiento preciso de la riqueza del país. Estos trabajos recibieron el nombre de “catastro”. Sin entrar en más detalles, diremos que ese estudio catastral o apeo se hizo en la villa de Otura el 6 de junio de 1752, cuya copia certificada es de 1760, siendo el responsable del cuestionario el abogado de la real Chancillería D. Leonardo López BallesterosOtura en el siglo XIX
Según el Diccionario geográfico
estadístico de España y Portugal de D.
Sebastiám de Miñano (1827), Otura contaba con 341
vecinos (cabezas de familia) y 1700 habitantes.
Veinte años después, en 1847, según el
Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de
Pascual Madoz, Otura contaba una población de 284 vecinos
(cabezas de familia) con 1290 almas. Había unas 300 casas,
todas de dos pisos, calles irregulares, una plaza, una plazuela, casa
consistorial, cárcel, escuela de niños, otra de
niñas, 4 fuentes de buen agua a 1/4 leg. del pueblo, iglesia
parroquial (Ntra. Sra. de la Paz), curato de segundo ascenso, una
ermita ruinosa (San Sebastián), en el término
sobre un cerro que domina la Vega de Granada, y cementerio sin cercar a
1/8 legua.
El terreno era de buena calidad, compuesto de 4.500 marjales de riego y
el resto, que son cerros y cañadas, de secano: le
baña por el E. y N. el río Dílar que
pasa a 1/4 de legua de la población. Además de
los caminos locales para los pueblos inmediatos pasa por el pueblo la
nueva carretera de Granada a Motril. La correspondencia se
reciçbe de la capital por balijero tres veces por semana.
Las producciones son trigo, cebada, habas, maiz, aceite, hilazas,
frutas y hortalizas; ganado lanar y poca caza de zorzales y codornices
en su tiempo.
La industria: la agrícola, 7 molinos harineros y varios
telares de lienzos comunes.
El siglo XX
A comienzos del siglo XX, en el año de 1900, la población de hecho de Otura era de 1634 habitantes. En el año 1960, contaba con 2003 habitantes y en el año 1970, eran 2161 habitantes.De actividad eminentemente agrícola, a lo largo de los últimos veinte años, Otura ha visto incrementada su población al convertirse en ciudad dormitorio para muchas familias y haber ampliado su casco urbano con nuevas urbanizaciones que en parte se utilizan como segundas viviendas.